lunes, 6 de octubre de 2008

La caída del poderoso


Nada es eterno, se lo digo yo que de eso sé algo. Ni la vida, ni el trabajo, ni la cola del paro -tan de moda en estos días- y mucho menos los precios, acostumbrados al sube y baja del IPC. Qué no decir del color de las paredes, nuestras camisetas favoritas o los seres a los que queremos. Si ni el amor el eterno, ¿por qué muchos creen que gobernarán para siempre? La necedad, en algunos, la podemos considerar como una virtud: dichosos ellos, tan necios y tan felices… Incluso los más apoltronados en esos butacones de poli-piel, son levantados el día menos pensado. ¡Cuán efímero es el poder!… Y que yo lo vea.
No hay nada que me dé más satisfacción que ver derrocado a un tirano, y no sólo me refiero a los personajes de alto linaje, no, a los que más gusto da ver caer es a ese atajo de mamones que viven a costa de dar cera a chupa-sangres de baja estofa, única forma de ascender en la escala social hoy día… Y ya ves de lo que sirve, para morirse. Igual me da, que me da lo mismo. Así que, para hincharse a queso frito y lomo de orza, no hace falta pasar la lengua por esfínteres desagradecidos, más vale que se gaste uno la guita, que además de evitar el contagio de parásitos intestinales, se alimenta la dignidad y se digiere mejor, tanto el “ajo mataero”, como el amor propio.
Menos mal que, en esto de la literatura infantil, al pasar desapercibidos, los autores se permiten ciertas licencias y nos regalan diminutas perlas que brillan hasta en la oscuridad perpetua. Es el caso de Grégorie Solotareff, al que tengo que agradecerle, de manera personal, su gran contribución al mundo del libro-álbum con la obra Tú grande y yo pequeño (editorial Corimbo). Merci Grégorie. Por esa crítica al abuso del poder, al desdén de la clase política, y por la forma de evidenciar las curas de humildad a las que se expone todo aquel que aprovecha su status para erigirse a sí mismo como gobernante. Gracias también por recordarnos que la amistad y cariño verdaderos, pese al tiempo, obvian la posición social, las declinaciones políticas y hasta los actos indignos que muchos llevan a cabo mientras les cegaba el poder. Gracias.

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