viernes, 14 de noviembre de 2008

Hablando de premios...


Ni soy lingüista, ni pretendo serlo. Que quede claro. Analizar desde un punto de vista experto, las obras que aquí se desgranan, sería muy pretencioso por mi parte. Soy un lector que opina. Y punto. Allá aquel que tome mis palabras como dogma… De todos modos, si algunos reúnen premios literarios como churros en junco es por opiniones como la mía, la mayoría incluso menos acertadas y más indecentes. Y es que esto de gratificar a ciertos autores se está convirtiendo en una moda detestable. Que si el prestigio, que si la calidad, que si la caridad, que si la abuela fuma… Vamos, que el amiguismo literario no sirve más que para untarse, a base de cera o de billetes, que es lo que se lleva.
De entre los pocos premios a los que encuentro un sentido, destaca el Andersen. Aunque institucional, el Nobel de la LIJ, se concede a aquellos autores con una larga trayectoria en esto de las letras para “pequeños” lectores, a la vez que destaca la innovación, el lenguaje utilizado y un sinfín de parámetros más. El premio H. C. Andersen, en la edición de este año y en la categoría literaria (también está la dedicada a la ilustración), ha sido concedido a Jürg Schubiger. Así que me he puesto a leer algo suyo. Cuando el mundo era joven todavía ha sido la obra escogida, una serie de breves relatos de lo absurdo. Aunque el “non-sense” ya está más que visto, hay que destacar que esta obra tiene algo. No sé que es, pero hay algo… Más que relatos parecen parábolas, fábulas de lo extraño, con cierto mensaje… Como muestra, lean el relato titulado La invitación. Y como acompañamiento, las ilustraciones de Rotraut Susanne Berner. A lo único que me remito es a un texto extraído de sus páginas. Disfruten del día.

¿Por qué? ¿Por qué? Numerosas preguntas no han hallado respuesta en ningún cuento de porqués.
¿Por qué hay tantas golondrinas y tan pocos unicornios?
¿Por qué las sombras se ocultan de la luz?
¿Por qué es invisible el aire?
¿Por qué las estrellas fugaces siempre caen detrás de las montañas?
¿Por qué guardan silencio las plantas?
¿Por qué no salen frutas escarchadas de las flores de hielo?
¿Por qué no hay animales de tres patas?
¿Por qué cuando despertamos no encontramos junto a la cama las cosas con las que soñamos?

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