martes, 30 de diciembre de 2008

Pillos navideños



Durante esta navidad, a más de uno se le habrá perdido la cartera, o lo que es peor, se la habrán robado. Eso nos pasa por incautos, beodos y ceporros. Lo cierto es que en estas fechas, más nos vale encadenar nuestras pertenencias a los calzones ya que, por su difícil acceso, son los que menos probabilidades tienen de perderse (eso si no nos dejamos engatusar por algún/a lagarto/a, que los hay a doquier..., como los rateros, que proliferan tanto en el alcantarillado, como en las altas esferas, lo mismo da). El caso es que hay que tener cuidado, no sea que los ladrones nos den un buen susto; así que, echen el pestillo y permanezcan en sus casas durante estos días, puesto que en la calle lo mínimo que nos puede pasar es pillar un resfriado o que nos birlen la paga extra (con o sin sonrisa, que de todo hay…).
Y hablando de pillos y listillos, tengo el placer de comunicarles que ha salido a la luz (esperemos que por un largo tiempo puesto que la primera edición se agotó a la velocidad del rayo) la segunda edición del clásico Las aventuras de Pinocho (Carlo Collodi), bellamente ilustrada por Roberto Innocenti, flamante premio H. C. Andersen del año que hemos dejado -2008- en la categoría de ilustración –editorial Kalandraka-. Aunque casi todo el mundo conoce la historia de esta marioneta que logra vida propia gracias a la labor mediática de la factoría Disney, son menos los que la han leído. De cómo Gepetto construye a Pinocho, de cómo la inocencia de Pinocho le lleva a su misma perdición, del reencuentro del creador y el creado…
En definitiva, creo que es una buena oportunidad de resarcirse para todo aquel que desconozca esta bella historia y disfrutar de un clásico de la Literatura del que tantos ejemplos morales se han extraído.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una historia bonita y triste, sí. Recuerdo que me impactó ver cómo cada error de Pinocho tenía su castigo (a veces, desproporcionado) y cómo tenía que pagar con creces sus "pecados" trabajando, estudiando y cuidando a su padre para ganarse el privilegio de convertirse en humano. También me impresionó la dureza de la niña de cabellos color añil (convertida después en hada), que no le pasa ni una, y el personaje de Pepito Grillo, que en el texto es sólo el grillo y después la sombra del grillo (cuando Pinocho lo aplasta, creo recordar, cansado de sus consejos).
Si alguien quiere ver una versión irreverente de éste y otros cuentos de hadas, le aconsejo la serie de cómics "Fábulas", muy divertida y curiosa.

Román Belmonte dijo...

Me lo apunto, Rosa. Espero que comiences el año estupendamente. Un abrazo.

kareche dijo...

Muy interesante tu blog! Te invito a conocer el mío en www.leerxleer.wordpress.com
Ojalá te interese, un abrazo.

Román Belmonte dijo...

Tu blog es muy interesante también, Kareche. Ya lo he incluido entre mis enlaces, a la derecha lo puedes ver... Un saludo y feliz año nuevo.