jueves, 22 de enero de 2009

Antihéroes


Hace cosa de un mes, ante el inminente estreno de la versión cinematográfica de Watchmen, uno de los cómic de culto de entre los muchos que conforman el mundo de la viñeta, decidí leerlo. Lo cierto es que acabé muy satisfecho (mi espalda no puede decir lo mismo, ya que la obra en cuestión, pesa lo suyo).
La excelente creación de Alan Moore y Dave Gibbons, considerada como una de las mejores novelas gráficas del siglo XX, posee una fuerza especial que no sólo se reduce a la trama, sino a la caracterización de los personajes, verdaderos soportes de la historia. El argumento, cuya complejidad implica su omisión en este espacio (les recomiendo que antes de buscar cierta información, sucumban a su lectura), parte de la sentencia “¿Quién vigila a los vigilantes?” –Quis custodiet ipsos custodes?-, atribuida a Decimo Junio Juvenal.
Aunque no procede destriparla, la obra cuenta con ciertas bazas que se hace necesario comentar, véase por ejemplo la intrincada personalidad de los personajes que, lejos de ser los héroes a los que el cómic clásico nos ha acostumbrado, poseen una patente humanidad –véase el apabullante caso de Rorschach-, característica arrolladora que imprime un carácter novedoso a esta historia. También destaca el lenguaje de los diálogos y la narración, que junto con la ilustración, establecen un tándem ideal para acercar al lector una idiosincrasia ciertamente particular, más madura que lúdica, por lo que podríamos decir que es un título dirigido a un público de claro corte juvenil o adulto.
Lejos de parecer un estúpido que relame su vana verborrea, decirles que, Watchmen merece la pena para quitarse esa espina clavada que muchos tienen con este género chico llamado tebeo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Watchmen es una obra maestra. Y cuanto más lo lees, más consciente eres de su capacidad de detalle: la trama de los piratas, la de las dos chicas, la de la revista de derechas, la del psiquiatra... Si te fijas, todas las páginas tienen la misma estructura (nueve viñetas, creo recordar), e imprimen un ritmo machacón que contrasta mucho con lo complejo de la trama. Y qué decir de los complementos documentales (informes psiquiátricos, recortes de periódicos, extractos de libros..) que enriquecen la trama... Yo sólo les presté atención en la tercera o cuarta lectura y me sorprendió cuánta información aportaban.
La sombra de Watchmen es alargada, pero hay dos obras audiovisuales que, creo, tienen grandes deudas de gratitud con este cómic.

-Los increíbles. ¡Sí, aunque parezca idem! Cuando fui al cine me pareció genial que alguien hubiera sido capaz de crear una versión buenrollista del núcleo de Watchmen.

-Héroes. Por el concepto de "generación anterior", que en Watchmen se utiliza de forma muy inteligente y en la serie de televisión, a mi juicio y hasta donde yo he visto, con cierta torpeza.

La verdad es que podría hablar de Watchmen durante horas...

beizabel dijo...

Uf, apunto inmediatamente la recomendación