viernes, 13 de noviembre de 2009

Luces y miserias



El otro día leí en cierto periódico que cada alumno que repite curso en nuestro país, supone la friolera de casi unos 6000 euros al año a los españoles, asunto peliagudo que debería crispar todavía más a la comunidad educativa y a los mismísimos gobernantes. Pero nada, entre las pocas luces de unos y lo poco que se les enciende la bombilla a otros, les propino con una oda a la bujía eléctrica. ¡Hasta el lunes!


Sí. Cuando quiera yo
la soltaré. Está presa
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
-cien mil lanzas- los rayos
-cien mil rayos- del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
-guiñadoras espías- las estrellas,
la soltaré. (Apretar un botón.).
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
-afuera-
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.

Pedro Salinas.
35 Bujías.
En: La rosa de los vientos. Antología poética.
Selección de Juan Ramón Torregrosa.
Ilustraciones de Jesús Gabán.
2007. Barcelona: Vicens Vives.
Imágenes de esta noticia: Tomás D’Espósito Müller.

2 comentarios:

Mónica dijo...

Muchas gracias por este post. Unos con pocas luces y otros que apenas les llega para tener un libro entre sus manos como en la ilustración de Jesús Gabán. ¡Cuantas veces hemos leído cuentos a escondidas! para que nos dejaran leer cuentos hasta muy entrada la noche. Un abrazo y buen fin de semana.

Román Belmonte dijo...

DE nada, Mónica... Sólo una apreciación: las ilustraciones que acompañan este post no son De Jesús Gabán, sino de Tomás D'Espósito. Un saludo