jueves, 4 de febrero de 2010

Viajes


No me agrada la filosofía de los trotamundos de hoy en día, sobre todo si son de esos que piensan que al no enganchar un Concorde®, es como si no se moviesen del bar de la esquina. ¡Cómo han cambiado los cabezos! En la década de los ochenta, irse de Valdepeñas a Torremolinos era lo más parecido a una turné desde Copacabana hasta Miami, y ahora, con tanta tontería de altos vuelos y tanta pulserita-de-coctel-al-canto, todo lo que no sea vacunarse contra la malaria o sobrevivir a una elefantiasis, se nos figura una castaña pilonga. 

Lo suyo es irse a pasarlas canutas, dejarse las cervicales en honor de una mochila prestada (o heredada que es peor) y arrimarse a cualquier chambao para dedicarse un pestañazo, pero no… Todavía recuerdo aquellos deliciosos manjares de cuando me dio por viajar en la lozana juventud: tortillas francesas a base de claras, páprika de la Bohemia checa o garbanzos portugueses…, es decir, nada comparado con lo que se lleva ahora: las cenas típicas pakistaníes (¿y el “fresisuís” del badulake?), la cena de gala(midad) del capitán o el ritual de iniciación sexual del Sudán. Pero bueno, los que “semos probes”, todavía nos podemos conformar con limpiarnos la baba mientras disfrutamos de los hoteles del catálogo, las secciones viajeras de la prensa dominical o con las anécdotas de aquel que se fue a Madagascar a comer gorgojos con gabardina. Al final diré como mi madre, que pa’ viajar, los libros…


Menos mal que en los últimos días he dado con un libro álbum de kilométrico alcance. Tokio, de Taro Miura (Editorial Media Vaca), es un excelente libro de viajes, sobre todo si tenemos en cuenta que no todos podemos ir a Japón (cosa que me encantaría… queda muy snob y aporta un toque de distinción a las reuniones de tutores del primer curso de la E.S.O….) y que son Mito, una niña bien lista, y unos animales la mar de salaos, quienes nos cuentan las curiosidades de esta enorme ciudad del Imperio del Crisantemo.


3 comentarios:

Arima dijo...

Hola tienes un blog muy interesante, ya te he linkeado en mi blog pàra tenerte en cuenta y pasar por aqui mas a mendo, espero que no te importe.
un saludo desde gran canaria

miriabad dijo...

Un agosto en Madrid leí una columna de Millás sobre viajes insólitos sin moverte de casa que era desternillante... A esos viajes me dedico yo. Es así de limitada la vida... Siempre podremos ver los documentales. En el fondo, y lo digo sinceramente, deberían limitarnos viajar a ciertos sitios. Que la antártida se llene de turistas que quieren tocar pinguinos, me da pena.
Tomamos nota de 'Tokio'. Me encantaría conocer Tokio.
Saluditos, Miriam

Kashtanka dijo...

Me encantó tu relato! Auque en mi defensa tengo que decirte que hay algunos que viajamos en plan hippie gorrino (con mi respeto a todos los hippies). Lo que sea en tal de ver un poco de mundo!!!Las imagnes que muestras son super chulis!
Saludos!!